El verano pasado, S. y yo fuimos de vacaciones a San Carles de la Rápita. A pesar del nombrecito, que cada vez que lo digo me viene a la mente una ración de pulpitos fritos (no sé porqué), resultó que el sitio era precioso y muy acogedor. Las vacaciones fueron fantásticas y lo pasamos genial...
Uno de los días decidimos ir a pasar el día a Port Aventura (de los parques temáticos ya hablaré en otro post, que dan mucho juego) y, al llegar la noche, nos pasó algo realmente curioso:
Decidimos montarnos en el "tutuki splash" sin recordar que empaparse a eso de las 10 de la noche, cuando empieza a refrescar, es la mejor idea que se puede tener. Como casi todo el mundo NO tuvo esa fantástica idea, resultó que nos montamos solos con dos niñas de unos 8 o 9 años de las que nos hicimos "amigos". Una de ellas, muy dicharachera ella, hablaba más que un sacamuelas y, en un derroche de sinceridad, nos suelta:
- ¿Estáis casados?
- No, sólo somos novios.
- Ah. Esque hacéis muy buena pareja. Porque tú (mirando a S.) eres muy guapa; y tú (mirándome a mí) eres... MUY SIMPÁTICO!!!!
Maldita sea la sinceridad de los niños!!!!!
4 comentarios:
Jajajajajaja bueno bueno pero encima eso es verdad!! Jajajajaj
Real como la vida misma!!!
Jajajaja vaya con la sinceridad de los niños; para mi la verdadera autenticidad, sin miramientos ni formas, sueltan sus manera de ver las cosas.
Enhorabuena por tu blog! Muy bueno :)
Muchas gracias Vane!!!!
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